¡Buenas tardes a tod@s!
La cuestión planteada me parece muy curiosa, y considero que los artículos compartidos son realmente interesantes, así que vengo a unirme al debate para aportar mi perspectiva propia al respecto.
¿Es éticamente correcto provocar sufrimiento a animales a costa del beneficio de la humanidad?
Personalmente, considero que esta pregunta es aplicable no solo a la experimentación con animales en la ciencia, sino también a lo carnívora que ha sido siempre nuestra sociedad. Esto es, me parece que el hecho de comer otros seres vivos que se cazan y matan para que nosotros, los humanos, nos alimentemos a base de ellos, es un caso muy parecido a emplearlos para la ciencia, pues, al fin y al cabo, de ambas maneras sufren. Sin embargo, el querer tomar medidas contra la maltratación animal en experimentos está bien visto, mientras que un estilo de vida vegetariano o vegano se suele considerar exagerado o extremo. Por ello, opino que los experimentos que involucran a animales se pueden considerar igual de éticos que una dieta carnívora.
Por ello, siempre que sea posible, trataría de hacer pruebas con los animales a los que no les queda una larga vida por delante, o con los individuos que iban a ser sacrificados o que no iban a disponer de unas condiciones de vida decentes. Además, también considero que de esos mismos se podrían extraer sus partes antes de morir para utilizarlas en ciertas pruebas (al igual que existen humanos que donan su cuerpo a la ciencia una vez mueren).
De todas maneras, opino que para opinar sobre si un método tan extendido, pero dañino al mismo tiempo, es ético, rentable y merece la pena, es fundamental analizar qué beneficios y qué perdidas supone. Quiero decir, que considero que el que se utilicen animales como ratas para investigar y progresar en la solución de enfermedades como el cáncer o la esclerosis múltiple no es comparable a realizar pruebas a animales de compañía, como pueden ser los perros o los gatos. Sí que es cierto que, como bien explican en la noticia compartida por Delfina, la vacuna contra la COVID-19 es gracias a la experimentación animal, por lo que sin ella, es indudable que hoy en día no estaríamos en camino de acabar con la pandemia, sino que, a falta de la vacuna, esta situación estaría mucho más descontrolada. Por ello, me parece que, con las circunstancias de hoy en día y la urgente necesidad de encontrar soluciones a enfermedades fatales, el dejar de hacer experimentos con seres vivos sería inviable, dado que la investigación sufriría una decadencia que no nos podemos permitir. No obstante, creo que todo tiene un límite, y que la experimentación no tiene porqué conllevar maltrato, y deberíamos poder encontrar un equilibrio entre ambas cuestiones, con el objetivo de poder seguir investigando con ellos, pero de manera más segura para los animales.
¿En algún futuro será posible prescindir de este tipo de prácticas?
Dado que el desarrollo de la tecnología y sus múltiples usos están expandiéndose a un ritmo vertiginoso, es una posibilidad que no descarto en absoluto, de hecho, ojalá así sea. De hecho, como he podido ver en internet después de informarme al respecto, en Europa hay una normativa que expresa la prioridad del continente por buscar alternativas que sustituyan a la experimentación animal, lo que me parece fabuloso. Por el momento, se están ideando dichas alternativas, como por ejemplo, se pretende investigar con humanos que se presten voluntarios. De hecho, existe un método llamado microdosificación cuya función consiste en proporcionar información acerca de cuán seguro puede resultar un fármaco que está en fase experimental y la manera en la que podría afectarle a los humanos y su metabolismo. Esta novedad también podría ser capaz de sustituir ciertos experimentos aplicados a animales.
Aparte de este método, también se pueden llevar a cabo resonancias magnéticas (utilizadas para diagnosticar enfermedades mediante una serie de imágenes de un cuerpo) a humanos con el objetivo de reemplazar los experimentos hechos en ratas, gatos o incluso monos, que terminan por dañar su cerebro. Además de los humanos, los animales también pueden ser sustituidos por bacterias, hongos, algas, invertebrados o plantas, lo que me parece una buena y realista opción. O incluso se pueden usar embriones que se encuentren en las etapas iniciales de peces, anfibios o pájaros.
¿Es la transparencia suficiente para librarse de las consecuencias morales de la experimentación en animales?
Desde mi punto de vista, sí que es cierto que en algunos momentos puede resultar difícil sentir compasión por un problema que a los humanos no nos perjudica, sino justamente lo contrario. Además, por lo menos, yo no conozco a nadie que tenga animales que estén sufriendo maltrato mediante experimentos, por lo que, como no es un problema que se limite a suceder en un lugar concreto ni de una específica manera, es más complicado que te afecte. Pero sí que considero que (al menos en lo que a las personas de mi alrededor respecta) es más común sentirse culpable cuando sufre un perro, conejo o gato que ratones y ratas. Asimismo, es más sencillo sentirte mal por la experimentación animal cuando estás al tanto de todas las noticias, experimentos y manifestaciones actuales sobre ello. En cambio, es normal que el que no se moleste por saber sobre su entorno y se limite a mirar para otro lado como si así los problemas fuesen a desaparecer no se sienta responsable. Pero, sinceramente, creo que lo peor que podemos hacer para acabar con este problema es precisamente eso, dejar de involucrarnos, ya que tenemos que mantenernos firmes a nuestros principios y creencias si queremos lograr un modo de involucrar a los animales en la investigación de una manera más digna.
Espero que mi punto de vista haya resultado de ayuda.
Muchas gracias por todo y un saludo,
Leyre Arrilucea, del colegio Urkide, en Vitoria-Gasteiz