Buenas tardes a todos, espero que todo vaya bien...
Ya conocéis la gran importancia de los fármacos (medicación): proporcionan una protección completa y continua a la población. Y más en periodos de pandemia; se hacen necesarios para tratar los síntomas de los pacientes tras haber pasado la infección (dificultad para respirar, fatiga, dolores de cabeza, ansiedad, etc.), para mitigar la presión hospitalaria y evitar su saturación en repuntes, o por si surge una variante contra la que no estemos protegidos.
Sin embargo, tomemos como referencia la pandemia de la COVID-19. El coronavirus ha dejado nuestra humanidad, nuestra vulnerabilidad y nuestra interdependencia al descubierto, que no es poco. Y también nuestra capacidad de sacrificio y nuestra solidaridad, al tiempo que nos has mostrado lo que somos capaces de hacer en el plano científico cuando la necesidad aprieta. Y, aunque el trabajo de los científicos y otras instituciones ha sido indudablemente heroico, no ha sido el suficiente como para hacer frente a un virus que se ha extendido a los cuatro confines del mundo en menos de tres semanas. Los medicamentos han tardado mucho en desarrollarse. En caso de una próxima pandemia, necesitamos una manera más eficiente de producir nuevos fármacos. Entonces, me gustaría presentaros dos nuevas tecnologías muy prometedoras: el descubrimiento basado en estructuras y el cribado de alto rendimiento.
Hasta hace unas décadas, los investigadores que intentaban identificar compuestos apropiados para combatir los patógenos tenían que conformarse con una comprensión rudimentaria de las dianas (partes del virus a atacar) que buscaban. Se basaban en hipótesis y experimentaban siguiendo un método de prueba y error. Como es evidente, este método es inviable y daba lugar a resultados equívocos. Sin embargo, las tecnologías disponibles para identificar la molécula correcta han mejorado mucho en los últimos cuarenta años, con la llegada del descubrimiento basado en estructuras. Esta es una técnica que acelera el proceso de descubrimiento de fármacos mediante el uso de información estructural, programando ordenadores para crear modelos tridimensionales de partes del virus para diseñar medicamentos que ataquen sus dianas. Se ha sido estimado que puede reducir el coste de identificación e investigación de fármacos nuevos en un 50%.
Una vez que se ha encontrado una molécula con potencial para combatir al virus en cuestión, se procede a hacer la prueba en el mundo real: juntar un compuesto con la proteína de un virus en un laboratorio y ver qué ocurre. No obstante, esto también está cambiando debido a la tecnología. Este proceso de denomina cribado de alto rendimiento o HTS, por sus siglas en inglés. Mediante el uso de robótica, software de
procesamiento/control de datos, dispositivos de manejo de líquidos y detectores sensibles, la detección de alto rendimiento permite a un investigador realizar rápidamente millones de pruebas químicas, genéticas o farmacológicas. A través de este proceso se pueden reconocer rápidamente compuestos activos, anticuerpos o genes que modulan una vía biomolecular particular. Los resultados de estos experimentos proporcionan puntos de partida para el diseño de los fármacos. Gracias a esta técnica, las empresas pueden ensayar millones de compuestos en solo unas semanas, una tarea que un equipo humano normalmente tardaría años en complementar.
Como veis, estas tecnologías facilitarían significativamente el proceso de la búsqueda de nuevos medicamentos; medicamentos que pueden salvar millones de vidas. En ambas maquinarias se utiliza, lógicamente, la Inteligencia Artificial; la robótica no puede hacer el trabajo por sí sola. Por tanto, sería una excelente decisión -por parte de gobiernos, empresarios y donantes- invertir más a menudo en el desarrollo de esta maquinaria.
Ya el proyecto Investiga está llegando a su fin, y por esto os deseo mucha suerte con los trabajos. Ha sido un gusto participar en Investiga. Muchas gracias a todos.
Javier Ruiz de Larriva, el Centro Inglés